Esta noche pasada he vuelto a tener un sueño.
Estaba pescando en la orilla de una playa; los pies hundidos en el agua los sentía fríos, sin pulso. Lanzaba una y otra vez el cebo intentando capturar alguna pieza, pero cada vez que sacaba el sedal del agua este siempre se hallaba vacío.
Me impactó lo oscura y estrellada que era la noche, fría como ninguna y podía escuchar el rugido del mar entre las rocas próximas. Fantasmagórica parecía la alfombra de espuma blanca que se formaba con cada envestida del mar.
Pero este solo estaba furioso en la orilla, pues mar adentro era todo calma. Y de esa calma; contagiado el cielo también al contacto con el horizonte, en esa línea se tocan las dos pieles del mundo, apareció una línea brillante. No era un rayo, no era un cometa, era una estrella furtiva y desorientada que caía cerca de mi, en el mar.
No hizo ruido su impacto, pero si el latido de mi corazón al verlo. Cogí con fuerza la caña y lance el sedal todo lo fuerte que podía. El carrete giraba y giraba sin detenerse hasta alcanzar su objetivo. Fue entonces cuando me dispuse a recogerlo son maestría y seguridad. Pesaba mucho y me dolía los brazos al luchar contra el oleaje, contra el resorte que se había convertido mi caña. Y por fin lo saque.
Pude ver un cuerpo blanco a solo un par de metros de mi, zarandeado por las olas. No lo dudé, me lancé al mar para rescatarlo y al depositarlo en la arena limpié con delicadeza su rostro de arena y pelo. Este resplandeció a la luz de las estrellas pues tanta belleza solo podía emitir luz y calor. Calor es lo que yo sentía y presión en mi pecho, y dije.
-Sirena mía por fin te he pescado.
Ella abrió los ojos y dijo:-¿quién pescó a quién?- miré hacia abajo y vi un anzuelo enganchado en el cuello de mi camisa.
¿Quién pescará a quién?
Posted by eolovano at 22 de Diciembre 2003 a las 01:58 PM